El otro día ocurrió algo que debería haber ocurrido hace mucho, mucho tiempo. El otro día terminé de leer el mejor cómic de la historia. Tal afirmación no es mía, no me he leído tantos comics como para poder lanzarla. Pero me la creo. Por supuesto, hablo de la obra más importante de Alan Moore: Watchmen.

Sí, la portada de Watchmen es el ojo de un smiley manchado de sangre
¿Qué tiene de especial?
Watchmen vio la luz en los años 1986 y 1987, y dio una vuelta de tuerca a los comics de superhéroes. De hecho, dio varias vueltas de tuerca. La más importante, probablemente sea el
estilo narrativo del que hace gala. El propio
Alan Moore habla sobre esto en un artículo que completa la edición de la obra que adorna mi estantería. En
Watchmen se probaron nuevas formas de contar una historia.
- Nos encontramos con flashbacks de los personajes, en forma de recuerdos que surgen perfectamente hilados en una conversación o en una situación de plausible emotividad.
- Tenemos también fragmentos de un libro que escribió uno de los personajes, o la entrevista que le hicieron a otro, o cualquier otro material del estilo, completando cada uno de los 12 números de la serie.
- Por otra parte está el asombroso uso que Alan Moore hace de los secundarios. El típico quiosquero de barrio que habla sin parar de lo mal que está el mundo es la herramienta perfecta para plasmar de un modo dinámico y cercano cómo es todo el mundo que rodea a la obra. La poesía surge cuando las divagaciones de éste u otros personajes se cruzan de manera armónica con el cómic de piratas que uno de ellos está leyendo.
Pero, por supuesto, eso no es todo. Si la redonda forma del cómic fuera su única virtud, se habría convertido en un bonito experimento vacío. Pero
Watchmen no es eso. La profundidad de sus personajes, el realismo de su ambientación, la complejidad de la trama, la perfección absoluta y escalofriante de su final, hacen de este cómic una joya incomparable e imprescindible.
Los personajes
Watchmen gira alrededor de un grupo de superhéroes, en su mayoría sin ningún tipo de poderes
[la excepción es el Dr. Manhattan, quien, gracias a su complejidad y su extraña percepción del tiempo, nos brinda algunos de los mejores momentos de la obra], que nunca ha formado equipo en realidad. Varios de ellos están retirados, otros continúan en activo al margen de la justicia, o formando parte de los engranajes del sistema. Pero todos tienen una razón para ser lo que son y el lector consigue conocerlos a todos.

El Doctor Manhattan al descubierto
A este grupo de personajes se suman los
Minutemen, el primer equipo de héroes enmascarados que se formara jamás. Existen múltiples nexos de unión entre los
Minutemen y los personajes principales de
Watchmen, siendo el más notable el
Comediante, que forma parte de las dos facciones. El surgimiento de los
Minutemen y su evolución nos permite comprender por qué el mundo que retrata
Watchmen es como es, además, algunos de sus componentes son un puente necesario para presentar y conocer a los protagonistas principales de la obra.
La ambientación
Para completar el elenco de personajes, nos encontramos con algún antiguo villano, unos policías que investigan los sucesos que sostienen el argumento de la obra, y una larga lista de secundarios, retratados con un mimo y un detalle dignos de elogio, que sirven a la necesaria tarea de contextualizar la historia.
Y es que la ambientación es uno de los elementos más importantes del cómic. Según el propio
Moore, la idea siempre fue crear un mundo basado en el nuestro, pero que ha sido revolucionado por la aparición de héroes enmascarados y, posteriormente, de un personaje con habilidades propias de un dios. Todo esto con la
Guerra Fría de telón de fondo… El realismo con el que se plasman tan inconcebibles acontecimientos es desbordante: desde
la ley Keene y la huelga de policías que surge a raíz de la proliferación de héroes enmascarados, hasta la tensión creciente entre EEUU y la URSS motivada por la aparición del arma definitiva en forma de
Dr. Manhattan, pasando por los héroes surgidos por motivos ególatras, más que morales.
Todo son detalles, todo es un ejercicio de reflexión sobre cómo algo improbable afectaría al mundo real.
La película
He procurado no mencionar nada del argumento del cómic, por una doble razón: primero, para evitar el más mínimo spoiler, segundo, para demostrar que hay mucho más en
Watchmen que un grandioso argumento. Y eso es lo que asusta de
la película [que, para el que no lo sepa, se estrena en Marzo de 2009].
Me explico. El tráiler es realmente prometedor, y parece que, salvando algunos detalles, la caracterización es muy fiel al cómic. Pero temo saber qué es lo que va a ocurrir cuando se sintetice un
tocho como
Watchmen en una película de ¿2 horas?: la magia será lo primero en desaparecer. Nos quedaremos con una historia de superhéroes, probablemente distinta a las que solemos conocer, con gran poder visual y con un argumento redondo. Pero seguramente nos perdamos la verdadera esencia ese quiosquero quejica, sin duda no veremos la
historia de piratas que lee su cliente
[una historia espeluznante, por otra parte, y que al parecer podría ser un Spin Off de la peli, según dicen en Zona Fandom], no seremos capaces de ver o entender el efecto que
Rorschach causa en el psicólogo que le trata… De hecho, tal vez ni siquiera lleguemos a entender a
Rorschach.
Supongo que es por eso por lo que
Alan Moore no quiera saber nada de este proyecto, aunque sí ha dicho, según la
Wikipedia, que el guión le parece bueno. El caso es que este desprecio tampoco debería ser demasiado preocupante, ocurrió lo mismo con
V de Vendetta, y a mí me parece una buena peli, como
ya comenté.
Hasta aquí mi relativamente profundo y absolutamente leve análisis del mejor cómic de la historia. Ahora, corred a buscarlo si es que no lo habéis leído aún y disfrutad de una gran pieza de literatura ilustrada.
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