Soy Una Mata Gigantes: una historia sencilla, un cómic conmovedor
Una de las novedades del Saló Internacional del Còmic de BCN me llamaba la atención sobremanera, y no sabría decir por qué. Y no, no era el cómic de Batman en Barcelona, que, por lo que he leído, no es nada especial. Cuando el otro día me pasé por la Feria del Libro, no pude evitar comprarme el cómic en cuestión, aunque no lo tuvieran en el stand de mi tienda habitual [El Aventurero]. Se trata de Soy Una Mata Gigantes, de Joe Kelly y Jim Ken Niimura [que acabo de ver en su web que fue uno de los artistas que colaboraron con Iván Ferreiro en los comics de Mentiroso Mentiroso, se encargó de la canción "Suerte"], y es una obra brillante.SUMG es la historia de Barbara, una niña que vive con gran intensidad sus propias fantasías, sin importarle que le tachen de friki [en el sentido del término inglés freak, no geek], al fin y al cabo, ella está por encima de esas cosas, ella hace algo importante: mata gigantes. A medida que avanza el relato, adivinamos que hay algo importante detrás de las fantasías de Barbara, y no nos cabe duda que es ése algo lo que da sentido a su historia.
Hablar más del argumento de la obra sería arriesgarnos a quitarle la magia. La realidad es que SUMG es una historia sencilla, nada pretenciosa, pero que logra transmitir con mucha fuerza los mensajes que encierra. En parte por la fuerte personalidad de la protagonista y por el profundo detalle que adquieren los secundarios; en parte por la imaginería de la que se sirve Kelly para hablarnos de los sentimientos que encierra la obra; en parte por el “poderoso, poderoso lápiz” de Niimura [si bien resulta en ocasiones algo confuso].
Quedaos con la razón que queráis, pero el caso es que me tuve que contener las lágrimas durante la lectura de los dos últimos capítulos [esto es completamente cierto]. Qué conmovedor resulta ver cómo esa niña [a ratos genial, a ratos trastornada] se enfrenta cara a cara con sus gigantes. Qué conmovedor ver cómo triunfo y derrota se abrazan en las páginas finales de la obra. “Vamos a estar bien”, reza una de las últimas frases del cómic, expresada con una calma infinita, fruto de lágrimas que se liberan tras demasiado tiempo de contención.
Señores, esto es un cómic. Un gran cómic.
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