viernes, 2 de octubre de 2009

Capitulando... un simpático psicópata llamado Dexter

Creo que fue el pasado domingo cuando se estrenó la cuarta temporada de Dexter. Y si sólo lo creo, en lugar de saberlo fehacientemente y haber esperado dicho día con ilusión y rodillas temblorosas, es porque yo aún no empecé a ver la tercera. Es por eso, amigos de NSL, que puedo enorgullecerme de estar a punto de escribir un comentario sobre esta [magnífica] serie desde la lejanía que sólo un no-adicto puede mostrar. Desde la objetividad [relativa] de alguien que aborreció los dos primeros capítulos. Y aún así, desde la admiración más absoluta, lo confieso.

El genial opening de la serie [que a mí se me hace desagradable]

¿De dónde sale tanto carisma?

Si te paras a pensar en el protagonista de esta genial serie, nuestro buen amigo Dexter, es muy difícil concebir por qué le tenemos simpatía. Ya lo sabéis, ¿no? Se trata de un psicópata. De un asesino en serie. Sí, vale, tiene un cierto "código" que sigue estrictamente. Pero también carece reconocidamente de sentimientos [o eso dice]. Y, joder, mata gente. Pero le adoramos...

Es posible que sea por la sublime interpretación del gran Michael C. Hall [a quien recordamos con muchísimo cariño de Six Feet Under]. Es posible que sea porque el estilo narrativo de la serie nos pone en su lugar con descarada solvencia. Y es seguro que ayuda el hecho de que consigamos abstraernos de su psicosis para ver en él a un tipo con problemas, traumas, complejos, defectos... pero también virtudes.

Mírale qué majo

¿Algo más?

Sí. El argumento de Dexter atrapa. No diré que de principio a fin, porque yo estuve a punto de dejarla de ver tras el primer capítulo. Pero atrapa, al fin y al cabo. Cada temporada [o al menos las dos que yo he visto] es una historia que profundiza en uno o varios de los rasgos de este simpático psicópata.

La primera es una presentación continua de la personalidad de Dexter, y su magia radica en que le conocemos yendo de su mano, al mismo ritmo que se va conociendo él. Y juntos nos sorprendemos de cómo va evolucionando. Es realmente especial. Con un final tan estremecedor como complejo [a nivel emocional].

Y la segunda es tensión. Es suspense. Es intensidad. Es incertidumbre. Ahora Dexter sabe mucho mejor quién es y tiene que aprender a vivir consigo mismo. Odiándose a ratos, aceptándose otras veces. Idealizándose a menudo. Y todo ello lo hará mientras su mundo amenaza constantemente con el desplome.

Vamos que...

Es una serie excelente. Pese a sus fallos, que los tiene. No sé qué hacéis que no la estáis viendo ya. Es más, no sé qué hago que no estoy viendo ya la tercera temporada... Y empezando la cuarta...

3 comentarios:

Ayné dijo...

Entonces, ¿me estás diciendo que tengo que empezar a ver Dexter?

Yo en su día, también lo dejé en el segundo capi.

Lume dijo...

Pues mi consejo es que la des otra oportunidad. La verdad es que me cuesta un poco precisar en qué capítulo me enganché irremediablemente, pero no creo que fuera más allá del sexto...

Alex dijo...

Un psicópata simpático? Pero es judío? ^_^